Nuevo año y deseos de antaño
Es una tradición comenzar el año con la recepción de almanaques elaborados con cariño por las empresas para sus clientes. Realmente hay trabajos muy bonitos y esmerados, pero ninguno como aquellos que se realizaban en los años 30 del siglo pasado, que en la actualidad se han convertido en auténticas fuentes de información histórica.
Los almanaques de antaño contaban con datos breves y actualizados sobre distintas áreas del conocimiento humano. Presentaban un variopinto popurrí de datos relacionados con la población, la producción, de otros países, obituarios, breves reseñas biográficas de personalidades mundiales y locales (como Julio Romero de Torres o Santiago Rusiñol), curiosidades y datos históricos por años en orden cronológico. También incluían jeroglíficos, poemas y una variedad de chistes y dichos populares salpicados con algunas caricaturas. Sobre Madrid, aparecían datos más concretos como las direcciones de los teatros, los cines, los horarios de trenes, los recorridos de los tranvías, las direcciones de los casinos e incluso de las bibliotecas públicas.
En el archivo de Viena Capellanes conservamos alguno de estos curiosos ejemplares. Nos llama la atención uno, de 1929, en el que, animados por el rápido crecimiento de la ciudad, que estaba abandonando su pasado “provinciano” para convertirse en una auténtica “capital”, con barrios periféricos, metro, monumentales edificios dedicados a espectáculos de masas, grandes almacenes, etc., se insertó un poemita de José Doz de la Rosa donde, con muy poco ojo, se las prometían muy felices, ajenos a la crisis mundial que se avecinaba, diciendo:
-Será el mil novecientos veintinueve
-y a ver si a desmentirlo hay quien se atreve-
un año de alegrías y venturas,
que hará olvidar pasadas amarguras
No obstante, en cierto modo tuvieron razón porque los efectos de la crisis del 29 no se dejaron sentir con mucha fuerza en la Empresa. La vida continuaba y Viena Capellanes, como todo el mundo, apostaba porque el recién inaugurado año sería el mejor y en él se cumplirían todos sus deseos.
¡Ojalá nos ocurra lo mismo este 2015 y nuestros esfuerzos se van mejor recompensados!
Sin comentar
Se el primero en comentar esta anécdota.