Festival de los vegetarianos

Las navidades son unas de las fiestas en las que más se come y todo ello supone un verdadero dilema para muchos por aquello de la necesidad de guardar la línea. También supone un problema añadido para aquellos que son diabéticos o tienen que controlar su dieta por alguna otra razón médica. Manuel Lence, el fundador de Viena Capellanes, lo sabía y era muy consciente de todas estas cuestiones porque él mismo las padecía. Como buen vegetariano que era, tenía que renunciar a muchos de los manjares que se preparaban en su fábrica y en sus cocinas y eso lo hacía muy solidario con todos aquellos que por decisión propia o por motivos médicos tenían que cuidar su dieta. Así, desde principios del siglo pasado la Casa se empeñó en fabricar productos para diabéticos y alimentos reconstituyentes como el pan con gluten o el chocolate para diabéticos.

 

También en la década de los años treinta, Manuel Lence, que además de vegetariano era muy goloso, brindó las instalaciones del Café Viena para celebrar las reuniones de la Peña Vegetariana de Madrid a la que él mismo pertenecía. En estas reuniones se discutía con entusiasmo todo aquello relacionado con el vegetarianismo y con esa medicina que hoy se conoce como “alternativa”. En las tertulias la voz cantante la llevaría el médico de cabecera del propio Don Manuel, el naturista Casiano Ruiz Ibarra, pero la organización del banquete previo corría a cargo del propietario del Restaurante en cuyas cocinas se ofertaba, como ahora, una gran diversidad gastronómica para satisfacer todos los paladares y exigencias. Seguramente discutirían sobre la conveniencia o no de aceptar consumir derivados de la leche y huevos pero estando en un lugar como el Café Viena y conforme fuera llegando la hora de los postres se terminarían imponiendo los menos radicales para degustar alguna de las delicias de la repostería local.

 

Ya sabéis. Si sois vegetarianos y golosos pero no veganos disfrutad gastronómicamente de estas fiestas, que el roscón de reyes sólo incluye derivados de la leche y huevo en su receta original. Y para los que estén a dieta basta con tomar una ración más pequeña. En una pequeña porción pueda aparecer la sorpresa igual que en una de las grandes si la suerte está de nuestro lado.